Quizá la obra maestra del humor negro en el cine mexicano.
Y la mejor historia de un asesino (¿de que sirve cometer el crímen perfecto, si no puede uno jactarse de ello?).
Quizá el mejor actor mexicano.
Y el más encantador.
Y el más cínico.
Y el más entrañable. Un borracho, un hipócrita, un vampiro. El gran Arturo de Córdova.
Rogelio A. González, director
Luis Alcoriza, escritor
México, 1960.